Flipped classroom o aula invertida

Una de las metodologías activas más empleada es la denominada flipped classroom o aula invertida. Las metodologías tradicionales normalmente suponían impartir en el aula una serie de contenidos asociados a una determinada disciplina o asignatura y después proponer a los estudiantes una serie de tareas o ejercicios complementarios para resolver en casa

La metodología de aula invertida le da la vuelta a este sistema y básicamente consiste en transmitir la información a aprender fuera del tiempo de clase, para de este modo realizar en clase ejercicios y prácticas, o proyectos que faciliten que los alumnos practiquen con lo que ya han aprendido y comprendido por medio del autoestudio (Prieto, 2017). También para aclarar dudas, o realizar actividades de evaluación formativa.

De esta forma se espera que el alumno estudie y trabaje los materiales en casa, o en cualquier otro lugar como un parque, una cafetería o en el transporte público (por ejemplo visionando un vídeo a través de su teléfono móvil), previamente a la clase presencial. Por así decirlo, “lección” y “deberes” se invierten, o mejor dicho el lugar de realización de estas tareas (sin duda las más representativas del proceso de enseñanza-aprendizaje) se invierte.

El objetivo es que el alumno trabaje en el aula de forma activa, participativa y cooperativa

Ahora la forma de impartir la parte teórica consiste en apoyarse en vídeos grabados, o en lecturas que los alumnos deben realizar previamente a la sesión de aula, ya que será en la sesión de aula donde el alumno lleve a cabo diferentes tareas (como ejercicios, prácticas, proyectos, etc.) bajo la supervisión del profesor. En definitiva, ahora la distribución de los tiempos de enseñanza y aprendizaje del alumno es muy diferente y las posibilidades didácticas para el profesor son mayores, posibilitando la docencia on-line y permitiendo distribuir los recursos y actividades didácticas de forma síncrona y también asíncrona.


¿Cuándo surge este método?

La creación de este método se le atribuye a Lage, Platt y Treglia (2000) denominándolo “inverted classroom”. Por su parte Baker (2000) aplicó el mismo concepto que denominó “classroon flip”. Posteriormente, Bergmann y Sans (2007) impulsaron dicho método denominándolo “flipped classroom”. Algunos autores hablan en términos de “flipped learning” o aprendizaje inverso, que resultaría de aplicar la metodología “flipped classroom”.


Aula invertida en la enseñanza universitaria

El profesor Alfredo Prieto explica en la Universidad de Cantabria lo que es el Flipped Classroom, sus principales ventajas y da indicaciones sobre cómo ponerlo en práctica en asignaturas universitarias.

Recursos a emplear en aula invertida

- Cuestionarios asincrónicos (Moodle, Google forms, office 365)

- Apps y complementos para la evaluación formativa sincrónica (kahoot, socrative, mentimeter, quizizz)

- Vídeos existentes o confeccionados ex profeso cómo materiales instructivos

 Modalidades a emplear en aula invertida

JITT: Just in time teaching  o enseñanza a demanda (aula invertida adaptativa)

Obtenemos información de la reacción de los alumnos a los materiales (feedforward) y de sus dudas. A raíz de dicha información el profesor reacciona seleccionando las actividades concretas que los alumnos necesitan para superar problemas de comprensión específicos (just in time).

PEPEOLA (Promoción del Estudio Preparatorio por Evaluación On Line Automática)

Conviene combinar el JITT con actividades de evaluación formativa on line previa a la clase, mediante preguntas que serán contestadas en plataforma de e-learning (PEPEOLA), o mediante el uso de sistemas de respuesta personal en el aula, recolectando respuestas con diferentes softwares (PI y TBL).

Mediante el estudio preparatorio y la evaluación on-line, el profesor dispone de información previa sobre los fallos que cometen los alumnos y, de forma indirecta, sobre las mayores dificultades de comprensión, lo que le permitirá trabajarlas en clase (para ello suelen diseñanrse cuestionarios en Google Drive Forms).

PI: Peer Instruction (instrucción por compañeros o iguales)

Esta modalidad consiste en intercalar (en el aula) preguntas de elección múltiple, que debe responder cada alumno individualmente (1 minuto) y que examinen la compresión de los conceptos esenciales del tema tratado. Posteriormente, se pide a cada alumno que explique a un compañero próximo (que haya escogido otra opción) por qué ha escogido esa opción y que escuche por qué su compañero ha escogido otra diferente (discusión en parejas). Las múltiples discusiones generadas (entre parejas de alumnos) ayudarán a comprender los conceptos esenciales. Por otra parte, el profesor intercala mini explicaciones con preguntas test de comprensión-aplicación conceptual en la que ellos deben aplicar su comprensión y predecir qué ocurriría en una situación real, profesional o experimental.

TBL: Team based learning (aprendizaje basado en equipos)

Consiste en empezar a tratar cada tema realizando un examen de evaluación formativa (mediante preguntas de elección múltiple) en la primera clase con el objeto de estimular a los alumnos para que estudien y se preparen antes de que cada tema sea tratado en el aula. Según diversos autores (Michaelsen, Knight y fink, 2002) una de las estimulaciones más fuertes para el estudio es la inminencia de una prueba de evaluación.

El examen formativo incial (10-15 preguntas) primero lo responden individualmente y lo entregan al profesor. Después los alumnos lo vuelven a realizar en equipo discutiendo sobre la justificación de las respuestas y llegando a un consenso para, finalmente, volver a rellenar el examen por equipos. Por último, se debe realizar una discusión general respondiendo a las preguntas una a una y discutiendo las razones que justifican las diferentes opciones.

¿Dónde está la clave para que este método funcione?

La clave fundamental radica en que el alumno haya trabajado previamente los materiales, es decir, que lleve a clase la lección aprendida. Para ello podemos hacer uso de métodos de gamificación y tecnologías que suelen resultarles atractivas (como el empleo del móvil o del ordenador). Otro problema puede radicar en que el profesor no aplique de forma adecuada esta medodología.

Referencias

-Baker, J.W.: The ’Classroom Flip’t (2000). Using Web Course Management Tools to Become the Guide by the Side. In: J. A. Chambers (ed.) Selected Papers from the 11th International Conference on College Teaching and Learning. pp. 9–17. Florida Community College at Jacksonville.

-Bergmann, J., Sams, A. (2012). Flip your classroom : reach every student in every class every day. International Society for Technology in Education.

-Lage, M.J., Platt, G.J., Treglia, M. (2000). Inverting the Classroom: A Gateway to Creating an Inclusive Learning Environment. J. Econ. Educ. 31, 30–43.

-Michaelsen, L.K.; Knight, A.B. y Fink L.D. (2002). Team.Based Learning: A Transformative Use of Small Groups in Colleg. Praeger Publishers

-Prieto A. (2017). Flipped Learning Aplicar Modelo del Aprendizaje Inverso. Editorial Narcea.



Las metodologías activas son tendencia

 “El aprendizaje no depende del número de horas que las posaderas de los alumnos estén sobre los asientos de clase sino más bien del tipo de actividades que realicen sus cerebros” (Baepler, Walker y Driesen, 2014).


Esta frase pone claramente de manifiesto la importancia del uso de metodologías activas, mediante las cuales el alumno es protagonista y no un sujeto pasivo que se limita a escuchar al profesor y a tomar algunos apuntes. Además el alumno aprende mejor lo que hace por sí mismo y no aquello que hacemos o le contamos los profesores.

¿Qué podemos hacer para que nuestros alumnos estén activos en el aula?

Una posibilidad es activar los conocimientos previos de nuestros estudiantes, ya que como docentes es conveniente tener claro qué es lo que nuestros alumnos conocen sobre las ideas esenciales de nuestra asignatura, para a partir de ello facilitarles la comprensión de nuevas ideas.

Para activar esos conocimientos previos podemos plantear preguntas al inicio de la sesión (actividad de inicio), pero siempre dando tiempo a que los alumnos piensen, para luego recolectar sus respuestas de modo que todos ellos participen. Para ello, podemos usar un sistema de tarjetas a mano alzada, o hacer uso de Apps como socrative, mentimeter, kahoot o quizizz.

Otra forma de hacerlo es fomentando el estudio preparatorio, ya sea facilitándoles documentos cuya lectura deben realizar previamente, o viendo determinados vídeos instructivos, pero siempre incluyendo algún sistema que nos permita comprobar de alguna manera que ese estudio previo se ha producido. Para ello, podemos hacer uso de cuestionarios on-line distribuidos a través de email, o mejor a través de alguna plataforma como Moodle, o mediante Google forms, office 365, etc.

Los beneficios del uso de metodologías activas

Existen diversas investigaciones que demuestran que el uso de este tipo de metodologías mejora el rendimiento académico de los alumnos universitarios en ciencias de ingenierías, matemáticas y disciplinas tecnológicas (Hake 1998, Knight & Wood 2005, Freeman y otros, 2014).

En dichas investigaciones se pone de manifiesto que las ganancias de aprendizaje, obtenidas con metodologías activas, doblan y hasta triplican las obtenidas con metodologías tradicionales.


Referencias

-Baepler, P.; Walker, J.D. y Driesen, M. (2014) It's not about seat time: Blending, flipping, and efficiency in active learning classrooms. Computers & Education 78, pág. 227-236.

-Freeman, S., Eddy, S. L., McDonough, M., Smith, M. K., Okoroafor, N., Jordt, H., & Wenderoth, M. P. (2014). Active learning increases student performance in science, engineering, and mathematics. Proceedings of the National Academy of Sciences, 111(23), 8410-8415

-Hake, R. R. (1998). Interactive-engagement versus traditional methods: A six-thousand-student survey of mechanics test data for introductory physics courses. American Journal of Physics, 66(1), 64-74

-Knight, J. K., & Wood, W. B. (2005). Teaching more by lecturing less. Cell biology education, 4(4), 298-310.



MOOC

¿Qué es un MOOC?

Hace muchos años que se pusieron de moda los cursos online. Ahora la novedad es que las universidades más prestigiosas del mundo (públicas y privadas) están colgando sus contenidos en MOOC.

Un MOOC (Massive Open Course) no es más que un curso a distancia al que se puede acceder por internet (en abierto) y al que se puede inscribir cualquier persona, sin prácticamente ninguna limitación por el número de participantes (de ahí lo de masivo).

Ahora parece que tener cursos masivos fuera el no va más de la universidad

Sucede que, en la mayoría de estos cursos, los alumnos deben abonar unas tasas para inscribirse y para, al final, obtener un certificado concedido por una determinada universidad. Ello abre las puertas de la formación universitaria a personal no universitario. Pero, ¿son realmente útiles estos cursos?, ¿qué universidades o empresas los ofertan?, ¿no son un invento para nutrir un poco más las arcas de las universidades?.

Una de las características principales de estos cursos es el uso de una metodología basada en el trabajo colaborativo, ya que los alumnos deben colaborar aportando contenidos, corrigiendo trabajos de otros compañeros y utilizando distintas web sociales. El profesor, por su parte, no lleva a cabo ningún tipo de tutorización y debe conseguir que los alumnos colaboren entre ellos y contestar a algunas dudas que puedan surgir en los diversos foros (si no han contestado otros alumnos a las mismas). El sistema de evaluación además es “automático” en el sentido de que superado unos determinados test, el sistema generará el correspondiente certificado. El material con el que trabajar, fundamentalmente será a base de vídeos cortos para que, mediante el uso de diversos foros y redes sociales, los estudiantes trabajen y colaboren entre ellos.

¿Quién oferta principalmente estos cursos?

Actualmente muchas empresas y universidades ofertan cursos masivos gratuitos de corta duración, en conjunción con los cursos de pago, normalmente anunciados como programas especializados.

En idioma inglés, existen web como “coursera” (https://www.coursera.org/) que ofertan más de 4000 cursos 100% online, por los que se pueden obtener determinados certificados de profesionalidad, e incluso titulaciones de grado. La oferta es muy diversa y abarca temáticas tan diferentes como el análisis comercial, el diseño gráfico, ciencia de datos, ciencias sociales, idiomas, negocios, tecnología de la información, ciencias de la computación, salud, artes y humanidades, ciencias físicas e ingeniería, o matemáticas y lógica.

En castellano “miriadax” (https://miriadax.net/tipo/cursos/) ofrece un variado catálogo de cursos para el empleo, según itinerarios profesionales y cursos gratuitos.

Prestigiosas Universidades, como Massachusetts Institute of Thecnology, Harvard University, Berkeley, The University of Texas, Boston University, o University System of Maryland, ofrecen actualmente más de 3000 cursos a través de la web “New OnedX” (https://www.edx.org/).


Aprendizaje cooperativo

Situación de aprendizaje en la que los objetivos de los participantes se hallan estrechamente vinculados, de tal manera que cada uno de ellos sólo puede alcanzar sus objetivos si, y sólo si, los demás consiguen alcanzar los suyos (Johnson y Johnson, 1999).


El aprendizaje cooperativo conlleva la adquisición y mejora de competencias fundamentales necesarias para la vida profesional. Hoy en día, una persona con escasas competencias para relacionarse y colaborar con los demás, corre el riesgo de no conseguir incorporarse al mercado laboral.

Diferencia entre trabajo en grupo y aprendizaje cooperativo

Es conveniente diferenciar el trabajo en grupo del aprendizaje cooperativo, que aunque tienen algunos puntos en común presentan diferencias sustanciales que conviene tener claras.

En el trabajo en grupo suele darse la circunstancia de que hay alumnos que hacen la mayoría del trabajo mientras otros alumnos contribuyen con muy poco, apenas colaboran o participan. Además el producto final suele ser la unión de las diferentes partes que ha realizado cada uno de los miembros del grupo.

El trabajo cooperativo supone mucho más que el hecho de modificar la estructura del aula agrupando mesas o sillas y plantear preguntas para que sean discutidas por el grupo. En este tipo de aprendizaje deberíamos cambiar el término grupo por el de equipo, con todo lo que ello conlleva. En el equipo no se trata de una unión temporal ya que esta unión debe alargarse en el tiempo. Sus componentes deben tener unas funciones bien delimitadas y claras en relación a las tareas a desarrollar. Por ello la formación de los equipos no debe hacerse de cualquier manera (conviene dedicarle un tiempo) y deben resultar funcionales. Así las características que deberían reunir estos equipos serían las siguientes:

ü  Ser estables

ü  Ser heterogéneos

ü  Número de componentes reducido (4 alumnos)

ü  Ser interdependientes

ü  Ser organizados

ü  Poder actuar cara a cara

La esencia del aprendizaje cooperativo

En el aprendizaje cooperativo los conceptos se entienden a través de la discusión y resolución de problemas a nivel grupal. Mediante esta metodología los alumnos también aprenden habilidades sociales y comunicativas que son necesarias para la vida profesional y social.

Para que los equipos funcionen es necesario que elaboren un cuaderno de equipo. Dicho cuaderno debría incluir el nombre de los integrantes del equipo y los roles de cada uno de ellos, la normativa básica, las funciones asignadas a cada rol (coordinador, secretario, etc.), el registro de actividades y su funcionamiento. Entre las normas básicas del equipo deberían figurar las siguientes:

ü  Trabajar con orden y empleando un tono de voz bajo

ü  Respetar los turnos de palabra

ü  Cumplir con los roles asignados

ü  Respetar los roles de los componentes del equipo

ü  Respetar los ritmos de trabajo de los otros compañeros

ü  Apoyar al otro compañero ante las dificultades

ü  Respetarse personalmente

ü  Aceptar y asumir las decisiones de la mayoría

ü  Cuidar el material

El papel del profesor-facilitador

El profesor se convierte en un facilitador con un papel fundamental en cuanto a la planificación de tareas y también en relación al seguimiento y orientación del proceso que ha de seguir cada equipo para alcanzar los objetivos propuestos.

Entre las funciones de este facilitador destacamos las siguientes:

-      Planificar las actividades de aprendizaje

-       Realizar la distribución de los equipos

-       Facilitar las normas básicas para el funcionamiento de los equipos

-    Clarificar los roles de cada miembro del equipo (portavoz, secretario, coordinador de tareas, supervisor, técnico de materiales y ruido…)

-       Clarificar las funciones de cada rol

-       Apoyo constante a los equipos

-       Evaluar continuamente el funcionamiento de los equipos.

Fundamentación del aprendizaje cooperativo

}  Bandura: observación directa de sus iguales

}  Rogers: valoración de la diversidad y factores afectivos

}  Piaget: conflicto socio-cognitivo

}  Vygotsky: Zona de Desarrollo Próximo

}  Gardner: inteligencias múltiples

Fundadores de la metodología cooperativa

}  EEUU en los años 70-80.

}  Aronson, Slavin o Johnson

Ventajas del aprendizaje cooperativo:

}  Individuales: mayor desarrollo cognitivo, pensamiento crítico, desarrollo socio-afectivo, equilibrio emocional, mejora de las habilidades de interacción social, independencia personal, motivación escolar y mayor rendimiento académico.

}  Grupo-clase: promueve el diálogo, la discusión y las explicaciones mutuas, facilitando la cohesión grupal y potenciando un  sentimiento de pertenencia al grupo.

} Equipo docente y centro educativo: mejor aprovechamiento de los recursos y adecuación de contenidos, favoreciendo la inclusión y convivencia.

Elementos básicos del aprendizaje cooperativo:

-   Agrupamientos heterogéneos: grupos de no más de 4-5 alumnos y mezclando características, culturas de origen, capacidades, niveles de desempeño, etc.

-    Interdependencia positiva: referido a la dependencia que tiene cada alumno respecto a su compañero de equipo. Hace hincapié en el sentimiento de unidad, unificando las habilidades de todos los miembros, y al mismo tiempo subrayando lo que cada miembro aporta al grupo. Si una sola pieza de este motor falla, el objetivo no se puede conseguir, por lo que sin esta interdependencia no hay verdadero compromiso por aprender. Además esta dependencia va referida a diferentes términos:

o  Interdependencia de premios: el rendimiento de cada uno incide en el resultado del equipo.

o   Interdependencia de recursos: para poder llegar al objetivo común todos los alumnos poseen los mismos recursos y deben compartirlos.

o  Interdependencia de tareas: el desarrollo de los alumnos en las tareas designadas incide directamente en el rendimiento del equipo.

o  Interdependencia de objetivos: la consecución de los objetivos de los miembros facilitará que el equipo alcance su meta.

o   Interdependencia de roles: los roles de los componentes del equipo deben estar interconectados para permitir alcanzar la meta final.

-       Responsabilidad individual: cada alumno es responsable, por su participación activa, del resultado final.

-   Igualdad de oportunidades para el éxito: democratización de las oportunidades de éxito. La planificación y organización de la tarea, toma de decisiones, argumentación y defensa de posturas, la negociación de puntos de vista y resolución de problemas, ya no son monopolio del profesorado.

-      Interacción promotora: puede definirse como el estímulo y la facilitación de los esfuerzos de otro para alcanzar el logro, realizar tareas y producir en pro de los objetivos del grupo (estimulo esfuerzos del otro).

Niveles (habilidades sociales)

1. Constitución del grupo (Forming. Conlleva las habilidades sociales más básicas, aquellas que respetan unas normas mínimas de conducta sin las cuales un grupo cooperativo no puede ponerse en marcha. En los primeros momentos en los que se constituyen los grupos para una tarea, es necesario contar con el compromiso de los alumnos de querer superar el objetivo marcado. El tipo de actividad propuesta debe ser útil en cuando a los contenidos tratados y atractiva según los intereses y gustos de los alumnos.

2.    El funcionamiento (Functioning. Este nivel pone en práctica las habilidades para encauzar los esfuerzos de cada alumno componente del grupo, estableciendo así relaciones de trabajo eficaces. El reparto de tareas es clave en este nivel. Los alumnos conocen las partes en las que se divide la tarea y se comprometen a poner lo mejor de cada uno para su consecución.

3.    La formulación (Formulating). Consiste en la puesta en marcha de cada los diferentes roles de cada alumno, procesando entre todos la información a comprender. El desarrollo de las tareas por parte de los componentes del grupo cooperativo conforma este tercer nivel, en el que los roles han sido asumidos y se potencian mediante su práctica: un mismo objetivo dividido en partes.

4.  La fermentación (Fermenting). Último nivel de estas habilidades, y que hace referencia al aprendizaje continuo basado en la interiorización (fermentación) de conceptos. Es el objetivo que culmina el trabajo y que pretende que la práctica activa de un contenido sea asimilado gracias al trabajo significativo que conlleva la realización de, por ejemplo, un vídeo explicando la solución dada al problema planteado.

Técnicas cooperativas informales:

ü  Estrategia “quién sabe”



ü  La lectura compartida




ü  La plantilla rota



ü  Te ayudo me ayudas



ü  1-2-4

ü   Cabezas numeradas



ü  Lápices al centro



ü  Folio giratorio


ü  Parejas de discusión

ü  Lo que sé y lo que sabemos

ü  Peticiones del oyente

ü  Los cuatro sabios

ü  Toma cooperativa de apuntes

Técnicas cooperativas formales:

ü  Trabajo en Equipo – Logro Individual (adaptación)

ü  Rompecabezas

 

Referencias

Barnett (1995). El aprendizaje cooperativo y las estrategias sociales. Aula de Innovación Educativa, nº 36. Barcelona.

Fabra (1992). El trabajo cooperativo: revisión y perspectivas. Aula de innovación Educativa, nº9, Barcelona.

Johnson, D. W., & Johnson, R. T. (1999). Learning Together and Alone: Cooperative, Competitive, and Individualistic Learning (5th ed.). Boston, MA: Allyn & Bacon.

Negro, A y Torrego, J. C. (2012). Aprendizaje Cooperativo en las Aulas: Fundamentos y Recursos para su Implantación. Alianza Editorial


Metodologías docentes

La importancia de las metodologías activas

Las metodologías docentes no deben considerarse como excluyentes entre sí. Dentro de una misma asignatura podemos hacer uso de diferentes metodologías, según los contenidos a tratar, el tipo de alumnado, sus necesidades y otra serie de variables.

Pensemos que las metodologías no son más que estrategias y métodos para que el alumno aprenda de una manera integral, haciendo que las actividades, los recursos y la evaluación sean consistentes con la programación didáctica prevista.

También quisiera decir que, a veces, la diferencia entre metodología y actividad llega a ser sutil, como ocurre cuando hacemos uso de un role playing, o de un estudio de casos.

Existen muchos tipos de metodologías docentes, desde la tradicional clase magistral, donde el profesor se limita a llevar a cabo su exposición oral, a otras que requieren la participación activa del alumno, como el aula invertida, o el trabajo cooperativo, por poner algunos ejemplos.

Al hacer uso de las metodologías activas, el papel protagonista lo lleva el propio alumno, siendo el profesor el facilitador de su aprendizaje, guiándole en el proceso de enseñanza-aprendizaje y motivando sus intereses y necesidades que, además de ser conceptuales, también son procedimentales y actitudinales.

Si tenemos en cuenta los estudios realizados por Edgar Dale (1946), sabemos que para el alumno la mejor forma de aprender es haciendo cosas. Aprender haciendo conlleva la participación activa del alumno, proponiéndole situaciones que motivan su aprendizaje, planteándole aplicaciones prácticas y estableciendo metas que van más allá de las calificaciones.

Cono de aprendizaje (From Edgar Dale's Experience, 1946)

Como afirma Baepler (2014), el aprendizaje no depende del número de horas que las posaderas de los alumnos estén sobre los asientos de clase, sino más bien del tipo de actividades que realicen sus cerebros. Y es que el alumno aprende mejor lo que él hace por sí mismo que lo que hacemos, o le contamos los docentes.

Además, hoy sabemos que las ganancias de aprendizaje obtenidas con metodologías activas doblan y hasta triplican las obtenidas con metodologías de transmisión tradicionales. Diversas investigaciones han demostrado que el uso de este tipo de metodologías mejoran el rendimiento académico de los alumnos universitarios de ingenierías, matemáticas y disciplinas tecnológicas (Hake 1998, Knight & Wood 2005, Freeman 2014).


Algunas de las metodologías activas para utilizar en el aula

La base de este tipo de metodologías es convertir el proceso de enseñanza-aprendizaje en actividades que fomenten la participación activa de los alumnos, para que analicen datos, piensen de forma crítica y utilicen  sus conocimientos para dar respuestas a lo planteado por el profesor.

Para ese fomento de la participación activa, el abanico de posibilidades es muy amplio, destacando:

-       The flipped clasroom o aula invertida

-       Aprendizaje cooperativo

-       Aprendizaje basado en problemas o retos

-       Aprendizaje orientado a proyectos

-       Aprendizaje basado en servicio

-       Estudio de casos

-       Role playing o juego de roles

-       Gamificación

-       Portafolio


Trabajos citados

-       Baepler, Walker and Driessen (2014). It's not about seat time: Blending, flipping, and efficiency in active learning classrooms. Computers & Education 78, 227-236.

-       Dale (1946).Edgar Dale's Experience

-      Freeman, S., Eddy, S. L., McDonough, M., Smith, M. K., Okoroafor, N., Jordt, H., & Wenderoth, M. P. (2014). Active learning increases student performance in science, engineering, and mathematics. Proceedings of the National Academy of Sciences, 111(23), 8410-8415.

-       Hake, R. R. (1998). Interactive-engagement versus traditional methods: A six-thousand-student survey of mechanics test data for introductory physics courses. American Journal of Physics, 66(1), 64-74.

-       Knight, J. K., & Wood, W. B. (2005). Teaching more by lecturing less. Cell biology education, 4(4), 298-310.

Sin emoción no hay aprendizaje. Enciéndeles la amígdala a tus alumnos.

Al hilo de mi sesión de clase sobre “el proceso de enseñanza-aprendizaje”, que imparto en los cursos de aptitud pedagógica, quería dejar constancia de algunas reflexiones, para ahondar aún más en lo que en dicha sesión trato de transmitir.

Según el medio o el modo en que se presenta el aprendizaje, éste puede ser cognitivo o emocional. El aprendizaje cognitivo conlleva un alto consumo de energía, ya que requiere de una atención selectiva y sostenida y repetición constante para su almacenamiento; es un proceso lento y lo aprendido bajo este procedimiento se olvidará con facilidad. En cambio, el aprendizaje emocional no genera ningún gasto energético, es un aprendizaje automático, los conocimientos se adquieren rápidamente y permanecen en el tiempo. Está claro que nuestro cerebro prefiere un aprendizaje que le suponga menos gasto energético, porque así está programado desde hace millones de años.




Las emociones están presentes en cualquier interacción humana y la situación de aula no va a ser una excepción. Es necesario que encendamos la amígdala de nuestros alumnos. Huyamos de las clases magistrales. La adquisición de conocimiento necesita motivación y esta no se consigue de forma pasiva, sino que debe conllevar una actitud activa. Actitud activa por parte del profesor, pero también por parte del alumno.
Si el profesor es capaz de motivar al alumno, estaremos en disposición de poder dar el segundo paso en ese proceso de enseñanza-aprendizaje: captar su atención. El alumno debe tomar parte activa en el aula, pero para ello el profesor debe tratar de captar su atención y despertar su interés; y ello depende mucho de la forma de presentar la información a transmitir, de la metodología empleada y de la “gestión” de aula que se lleve a cabo.

Si el alumno no presta atención, no es posible que se produzca aprendizaje. Sorprender con un dato, lanzar una pregunta, contar una anécdota, arrancar con una afirmación chocante, contar un chiste… son algunas de las estrategias que podemos emplear en este sentido. Las emociones pueden ser nuestras aliadas para un buen inicio de sesión. Pueden ser un potente detonador que predisponga positivamente. Su gran poder también está en su facilidad de contagio (recordad el video que pongo sobre el poder de las emociones en la situaciones de risa contagiosa). Su gestión y adecuado manejo está en manos del profesor.

Busquemos un aprendizaje fomentando las emociones positivas y el placer. Si el alumno está bajo estrés, es imposible que aprenda. El estrés altera el patrón de conexiones neurales. Luego, no se deben fomentar ambientes de tensión en el aula. Un cerebro menos capaz de gestionar sus emociones, no es un cerebro idóneo para que se produzca aprendizaje; porque es menos capaz de gestionar la información almacenada en la memoria y menos capaz de tomar decisiones acertadas ante cualquier situación de resolución de problemas. Recordad la forma de explicaros en qué consiste la inteligencia emocional: a través de la indagación sobre quién cogería los 1000€, y a través del video del experimento de la golosina de Walter Mischel, en lugar de a través de una clase magistral “infumable” y sobrecargada de contenidos.


En general, la educación actual que impera en este país padece de bulimia. Se trata de ingerir cantidades inmensas de contenidos, para luego “vomitarlos” en un examen. Pero, la mejor manera de aprender no es memorizando de forma pura y dura. Está demostrado que aprendemos más de lo que hacemos, que de lo que leemos o escuchamos (cono de Edgar Dale). El cerebro aprende más cuando ve una utilidad práctica a la información que recibe. El cerebro no aprende por memorización sino por contextualización y ello requiere esfuerzo por parte del docente. Huyamos de las clases magistrales y fomentemos otras metodologías, como el aprendizaje basado en problemas, el estudio de casos, el trabajo por proyectos, etc.

También es cierto que aprendemos por imitación. Tenemos la capacidad de imitar porque disponemos de un conjunto de neuronas especializadas, las denominadas neuronas espejo. Estas, permiten reflejar en nuestro interior aquello que vemos fuera. Adoptamos los gestos y posturas de otros, de manera inconsciente, cuando observamos a un referente para nosotros, cuando compartimos las mismas ideas, cuando anhelamos ser como él; pero también nos contagiamos a nivel de motivación, de creatividad y de emociones. Pues bien, parece ser que empleando el aprendizaje colaborativo se aprende más. Se aprende más en conjunción con los demás que individualmente. Hay que fomentar la cooperación en el aula porque se activan esas neuronas espejo. Además, un tipo de educación individualista y competitiva, no es reflejo de lo que se encontrará el alumno cuando trabaje en una empresa, donde lo que va a primar es alcanzar logros como equipo y no individualmente.

Hoy en día se habla de neuroeducación, incluso de neurodidáctica. Pues bien, si tenemos en cuenta las aportaciones de la neurociencia, diversas investigaciones científicas han puesto de manifiesto que para la adquisición de información novedosa, el cerebro tiende a procesar los datos desde el hemisferio derecho, más relacionado con la intuición, la creatividad, la percepción de expresiones faciales (emociones)  y las imágenes. Si esto es así, entonces, el procesamiento lingüístico (controlado por el hemisferio izquierdo) no es el protagonista. Es decir, que la clase magistral, la charla del profesor “apolillado”, no funciona.


Recordad también lo que trato de transmitir en mi sesión sobre “la comunicación en el aula”: que la expresión facial, los gestos corporales y el contexto, desempeñan un papel muy importante en el aprendizaje, ya que contribuyen a captar y mantener la atención del alumno y a la comprensión del mensaje. En este sentido, recordad los experimentos sobre la capacidad de recuerdo de los niños que visualizaron los dibujos animados cuando el relator hizo uso de todo tipo de gestos ilustradores y emblemas, frente a la situación en la que permaneció inmóvil.


Como planteaba en una entrada anterior, seguimos aferrados a un sistema de enseñanza tradicional, empleando métodos tradicionales, basados en clases magistrales, memorización y exámenes escritos. A todos los implicados en la enseñanza nos queda mucho por hacer para que esto cambie, pero ladrillo a ladrillo se construyen edificios sólidos y duraderos. La sustancia gris para ello, y no me refiero ahora al cemento, es cosa del alumno.