“El aprendizaje no depende del número de horas que las posaderas de los alumnos estén sobre los asientos de clase sino más bien del tipo de actividades que realicen sus cerebros” (Baepler, Walker y Driesen, 2014).
Esta frase pone claramente
de manifiesto la importancia del uso de metodologías activas, mediante las cuales el alumno es protagonista y no un
sujeto pasivo que se limita a escuchar al profesor y a tomar algunos apuntes. Además
el alumno aprende mejor lo que hace por sí mismo y no aquello que hacemos o le
contamos los profesores.
¿Qué
podemos hacer para que nuestros alumnos estén activos en el aula?
Una posibilidad es activar
los conocimientos
previos de nuestros estudiantes, ya que como docentes es conveniente
tener claro qué es lo que nuestros alumnos conocen sobre las ideas esenciales
de nuestra asignatura, para a partir de ello facilitarles la comprensión de
nuevas ideas.
Para activar esos
conocimientos previos podemos plantear preguntas al inicio de la sesión
(actividad de inicio), pero siempre dando tiempo a que los alumnos piensen, para
luego recolectar sus respuestas de modo que todos ellos participen. Para ello,
podemos usar un sistema de tarjetas a mano alzada, o hacer uso de Apps como socrative, mentimeter, kahoot o quizizz.
Otra forma de hacerlo es
fomentando el estudio preparatorio,
ya sea facilitándoles documentos cuya
lectura deben realizar previamente, o viendo determinados vídeos instructivos, pero siempre
incluyendo algún sistema que nos permita comprobar de alguna manera que ese
estudio previo se ha producido. Para ello, podemos hacer uso de cuestionarios on-line distribuidos a
través de email, o mejor a través de alguna plataforma como Moodle, o mediante Google forms, office 365,
etc.
Los
beneficios del uso de metodologías activas
Existen diversas
investigaciones que demuestran que el uso de este tipo de metodologías mejora
el rendimiento académico de los alumnos
universitarios en ciencias de ingenierías, matemáticas y disciplinas
tecnológicas (Hake 1998, Knight & Wood 2005, Freeman y otros, 2014).
En dichas investigaciones se
pone de manifiesto que las ganancias de aprendizaje, obtenidas con metodologías activas, doblan y hasta triplican las obtenidas con metodologías tradicionales.
Referencias
-Baepler,
P.; Walker, J.D. y Driesen, M. (2014) It's not about seat time: Blending,
flipping, and efficiency in active learning classrooms. Computers &
Education 78, pág. 227-236.
-Freeman,
S., Eddy, S. L., McDonough, M., Smith, M. K., Okoroafor, N., Jordt, H., &
Wenderoth, M. P. (2014). Active learning increases student performance in
science, engineering, and mathematics. Proceedings of the National Academy of
Sciences, 111(23), 8410-8415
-Hake,
R. R. (1998). Interactive-engagement versus traditional methods: A
six-thousand-student survey of mechanics test data for introductory physics
courses. American Journal of Physics, 66(1), 64-74
-Knight,
J. K., & Wood, W. B. (2005). Teaching more by lecturing less. Cell biology
education, 4(4), 298-310.