La paralingüística
es aquella parte del comportamiento no verbal que se interesa por los elementos
que acompañan a las emisiones propiamente lingüísticas y que constituyen
señales e indicios, que contextualizan y sugieren interpretaciones particulares
de la información propiamente lingüística.
El
tono:
es el regulador entre el sentimiento y la expresión, entre lo sentido y lo
verbalizado. En la entonación se diferencian entre tonos muy agudos, medios,
graves o muy graves según lo que quiera transmitir el profesor.
Algunos consejos:
Las
características más interesantes que acompañan a la información lingüística son:
- La intensidad o el volumen de la voz.
- La velocidad de emisión.
- El tono
- El timbre
- El volumen
- La duración de las sílabas
(tiempo)
- El ritmo,
- La fluidez
- Las pausas
- Los silencios
- La claridad
Los
silencios: pueden emplearse como para enfatizar un
determinado contenido, para dejar un tiempo para que descubran el final de una
frase sin acabar, etc. Con el silencio unas veces invitamos a hablar, otras a
callar, otras veces asentimos y otras veces nos sirven para mostrar desacuerdo.
El
ritmo: se utiliza al hablar para que nuestro mensaje sea
audible y entendible. Si una persona habla muy lento aburre y si una persona
habla muy rápido pone nervioso, agobia o acelera. La norma a seguir sería:
pensar más deprisa que el interlocutor, pero hablar más despacio de lo que él
piense.
El volumen: sirve para resaltar algunas partes del
discurso y para transmitir emociones. Los grados del volumen pueden ser:
- elevado: suele ser síntoma de autoridad,
dominio, seguridad o incluso de alegría.
- muy alto: lo empleamos cuando sentimos
enfado o ira; en ocasiones la disposición del auditorio nos incita a ello.
- moderado: con un volumen moderado
transmitimos calma.
- bajo: transmitiríamos cierta intención de
no querer ser oídos y con este volumen nuestros alumnos desconectarán de nuestro
discurso.
Todos sabemos que subir
el volumen de nuestra voz puede ser una estrategia para llamar la
atención en un momento dado. El volumen de voz aumenta cuando un individuo
siente miedo, excitación o
rabia. Un volumen de voz
alto sería un buen indicador de un nivel de energía alto de una persona en un
momento dado.
•
Comienza a hablar despacio y
enfatizando lo que consideremos importante
•
Si nos comunicamos con un tono
distendido y relajado (e incluso sonriendo), la persona que nos escucha
reaccionará de la misma manera.
•
Regulemos el tono de voz
si queremos reforzar una idea, restar importancia a un hecho, dar una opinión
contraria, darle valor emotivo al mensaje, etc.
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